La central del 091 de la Policía Nacional recibió varias llamadas a las 05:30 horas de la madrugada del pasado sábado. Un varón aparentemente perturbado deambulaba por una calle de la Playa de Palma armado con una katana, con la que golpeaba a los coches estacionados que encontraba. Una patrulla policial acudió rápidamente a la zona, ante la posibilidad de que el individuo pudiera herir a alguien. Lo encontraron escondido en el interior de un local, donde había entrado tras romper un cristal. El hombre arrojó la espada y fue detenido sin resistencia. Al parecer se encontraba bajo los efectos de alguna droga.
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El incidente ocurrió sobre las cinco de la madrugada del pasado sábado. Varios vecinos se asomaron a la ventana tras oír ruido de golpes en la calle. Descubrieron que había una persona que deambulaba errático con lo que parecía una espada en las manos, con la que golpeaba los coches estacionados que encontraba.
Una patrulla policial acudió con urgencia al lugar y se entrevistó con los testigos, que explicaron que el sospechoso se había metido en el interior de un local cercano. Cuando los policías se acercaron, comprobaron que el establecimiento tenía la puerta abierta, aunque las luces estaban apagadas. La verja exterior estaba a medio abrir y un cristal había sido fracturado.
Posteriormente los agentes comprobaron que varios de los coches de la calle tenían señales de golpes en el capó, en un cristal y en un espejo retrovisor, que presuntamente habrían sido provocados con la espada japonesa.
El hombre, un ciudadano marroquí de 30 años, quedó arrestado por un delito de daños en los vehículos, mientras que los agentes se incautaron de la espada.
